miércoles, 5 de enero de 2011

PIROPOS A SANTA ANA

                                    
A mi hija Ana Belén. Universitaria de Ciencias Ambientales (septiembre 2002)

QUIERO QUE VAYAS AL PUEBLO

Quiero que vayas y pises. Pises por donde yo he pisao.
Quiero que vayas y me digas, si es verdad lo que me han contao.
Que no se canta en las tabernas, y que está todo cambiao.
Pregunta por mis amigos a los que despedí llorando,
cuando el pueblo era chico y no cabíamos tantos,
por eso lo abandoné, siendo el campo tan ancho.

Nadie te conoce padre, nadie a los que he preguntado.
Ya he pisado sus calles, las mismas que me has hablado.
No hay claveles en los balcones, ni risas en el vecindario,
creo que te lo llevaste tú, y aún los andan buscando,
desde que  el pueblo era chico y  no cabíais tantos,
que no sé como te fuiste, siendo el campo tan ancho.

Quiero que vayas a la ermita por donde a mí me enseñaron,
que por las huertas hay un camino, donde oirás a los pájaros,
el agua por las acequias, y alguna rana cantando.
Las ramas de las higueras tendrás que irlas apartando,
y la brisa fresca de la huerta, te irá acompañando.
Porque quiero que tú pises. Pises, por donde yo he pisao.

Ya no hay ningún camino padre. Creo que se lo han llevado.
Tampoco he encontrado higueras, ni manzanos  ni granados,
ni tampoco he visto caer el agua sobre la alberca cantando,
y no he oído al ruiseñor, mientras la hembra está anidando.
Ahora todo son ruidos de máquinas, solares, zanjas y barro,
todo, porque el pueblo era chico, y lo están agrandando
que no sé como te fuiste, siendo el campo tan ancho.

Cuando llegues al Camino Viejo, pisa por donde yo he pisao,
las piedras oscuras y con brillo, que el caminar ha desgastao.
Pregunta si entre los trigos, crecen las amapolas por mayo,
y mientras lo vas haciendo, corta un tallo de mastranzos
que ese olor es de romeros, y a la Niña gusta tanto.
Y dime, si  Santa Ana está tan guapa, como el día que yo me fui,
un día, hace muchos años, cuando el pueblo era chico
y no cabíamos tantos.

Ya no puedo pisar padre las piedras que tú has pisado,
han puesto piedras nuevas, o las mismas las han cambiado.
Ya no canta el grillo entre los trigos, con la luz lo han asustado.
Pero Santa Ana padre, Ésa, no nos la han cambiado,
que hoy la he visto tan guapa, cuando a mi me ha susurrado,
que sufrió mucho aquel día , cuando la visitaste llorando.
Fué el día que tú te fuiste, y no fue porque el pueblo era chico,
fue  porque el pueblo era... de tan solo unos cuantos.

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